Buscando respuestas y despedidas...

Como lo prometido es deuda aquí les dejo otra entrada, todo se mejorará o empeorará ya veremos lo que le pasará, porfis comenten si no no me sentiré animada de publicar.......

♥♥♥ Johannita ♥♥♥

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POV ABIGAIL

Luego de que se fue, empecé a recordar los momentos en los que habíamos pasados juntos, muchos, siempre estando conmigo, ayudándome. Al recordar todo, lágrimas cayeron por mis mejillas, no pude más y me senté a un costado, era inevitable, algo había pasado, tenía una opresión en mi corazón, entonces, recordé lo que él me había dicho hace tan sólo unos momentos “si pasa algo malo, recuerda, estaré a tu costado, siempre estaré para ti”.

Me levanté suavemente con la mirada perdida y como sonámbula deambulé por todo el bosque hasta llegar otra vez a mi habitación, no me di cuenta de nada hasta que llegué a mi puerta, de allí me recosté en mi cama y sentí algo duro, la foto de mi padre ahora estaba encima de mi cama, entonces lo volví a observar, era la foto en la que nos habíamos tomado a regañadientes, mi madre insistía a hacérnosla y nosotros luego de mucho rogar aceptamos, nos la tomamos en la escuela de Costa Verde, una antigua escuela en la que estuve poco tiempo pero muy valioso para mí, luego cuando quisimos trasladarnos yo me opuse pero a la fuerza me mudé, mis amigos desaparecieron luego de eso, lloré por mucho tiempo, pero ya no pude hacer nada. Entonces caí en la cuenta de que esto no era casualidad mi padre me había dicho algo justo en ese momento.

Flash Back


“Estábamos en la escuela de Costa Verde, era de mañana, teníamos que entrar a clases.

- Mamá no, no quiero tomarme una foto ahora.- respondí a sus ruegos.

- Hijita no seas así esto quedará para un recuerdo, padre e hija juntos.- sonrió, sabía que cambiaría de opinión, pero mi padre trataría de disuadirle.

- Amor no la molestes ahora es una nueva escuela, no le hagas pasar vergüenza.- habló mi padre delicadamente.

- Cómo pueden hacerle esto a su madre – comenzó a hablar- a la madre que les dio la vida… – dijo teatralmente –… que le cambió los pañales – y seguía hablando - … que les bañaba…- no ya no podía, esto si que era humillación intencional.

- Bueno mamá está, bien – sabía que no me iba a dejar tranquila hasta que me tome la bendita foto- papá, déjala – dije para que luego él se pusiera a mi costado.

- Hijita, pase lo que pase en este lugar siempre encontrarás respuestas, aunque este lugar tiene opciones múltiples, te beneficiará o te dañará – dijo mi padre en mi oído, al principio pensaba que hablaba de la escuela.

- Sonrían – indicó mi madre, pero no obedecimos, los dos, estábamos disgustados, tan sólo hicimos una mueca al tratar de sonreír, y que por lo cierto no se veía muy real”.

Fin del Flash Back

“Pase lo que pase en este lugar siempre encontrarás respuestas, aunque este lugar tiene opciones múltiples, te beneficiará o te dañará”… ese pensamiento se repetía en mi cabeza, entonces me di cuenta, tenía que ir a ese lugar…

Me recosté de nuevo en mi cama, y pensando me quedé dormida. El día siguiente era el gran día, el día que iba a salir para la misión.

La luz del sol penetró por las persianas de mi ventana y me desperté, sabía que había amanecido, un joven me comunicó que alistara mis cosas para irme a mi casa.

Comencé a alistar mis cosas, todo lo que tenía entonces vi otra vez mi cajita, entonces me di cuenta de lo que en realidad faltaba allí, mi medallón, el único que tenía de mi verdadera familia, eso fue lo único que pude tener de ella. Mi padre siempre lo veía y lo guardaba cuidadosamente, hasta que una tarde entré a su cuarto a hurtadillas y lo saqué, ella era mi madre verdadera. Lo busqué desesperadamente, no lo encontré, no podía ser mi medallón alguien lo había robado, en ese instante toqué mi cajita para buscarlo de nuevo cuando algo pasó, muchas imágenes vinieron a mi mente.

Un hombre caminaba acercándose a mi cajita, con mucha codicia, entonces empezó a revisar las cosas que habían allí, tomó mi foto, la iba a doblar cuando se detuvo al ver un brillo singular en mi cajita, era mi medallón, lo escondió delicadamente y cerró la puerta al salir.

Volví a mi, no sé qué había pasado pero de lo que podía estar segura era del hombre que había tomado mi medallón, el hombre que me había querido matar, su nombre, no faltaba decirlo, Simón Breck.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos, alguien tocaba la puerta, eso quería decir que mi hora de irme estaba muy cerca, y tan cerca, en realidad lo esperaba con ansias y ahora por lo que había pasado, tenía que encontrar respuestas.

- Señorita Parkman, abra por favor – indicó un joven alto y castaño. Abrí la puerta y salí con mis cosas. – Acompáñeme por favor – tomé mis cosas y lo seguí hasta que llegamos a la oficina que se me había hecho familiar, habían pasado tantas cosas…- Señorita Parkman pase por favor- me indicó el joven con suma amabilidad. Pasé y me senté, el Sr. Kant- volteó la silla y se inclinó para hablar.

- Bueno, Señorita Parkman, el momento ha llegado, sabe la misión con claridad, si se entera de algo, cualquier cosa que sea, avíseme por favor, ya sabe el camino, espero que lo tenga en cuenta, sabe que tiene compañeros, cuente con ellos para todo, no sabe cuanto los necesitará – dio las últimas indicaciones el Sr. Kant luego de eso se despidió. – Buena Suerte, Señorita Parkman.

- Gracias – dije aunque en realidad sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo le seguí la corriente.

- Créame, la necesitará – dicho esto sonrió, pero no de esas sonrisas sinceras sino de las más burlonas, razones por las cuales estaba feliz de irme.

Salí por la puerta y me dirigí hacia las rejas, entonces todo se paró las aves que volaban todo, absolutamente todo se paró, entonces supe quien era, Justin Gómez, otra vez paró el tiempo, me había hecho muy amiga de él, en verdad era muy buen amigo, siempre cuidaba a todos era como el hermano mayor, responsable, que nunca tuve, unas lágrimas empañaron mi mirada, lo extrañaría, pero ya no tanto, espero que lo vuelva a ver, adiós hermanito, porque más que un amigo, era un hermano, un hermano del alma…

- Te extrañaré Justin, pase lo que pase eres mi hermano, no lo olvides, hermanos del alma. – le dije, lo abracé sabía que siempre contaría con él, a pesar de la distancia.

- Hermanos para siempre – prometió. – Te quiero Abi – dijo con cariño. – hay algo más – al decir esto me deshice del abrazo para verle el rostro – toma… - me dio un objeto que no sabía qué era, pero parecía una pulsera – póntelo – me ordeno a lo cual obedecí al instante – ahora aprieta tu mano… - entonces algo sorprendente pasó, la pulsera empezó a brillar, entonces la pulsera de él también brillaba – es un objeto muy ingenioso lo diseñamos… - entonces se recordó de algo volvió el tiempo a la manera normal, apretó su puño y David vino corriendo - … lo diseñamos junto con David, cuando estés en problemas solo aprieta tu mano y nosotros estaremos a tu costado, algunos podemos retroceder muchos minutos … - dijo Justin divertido.

- Hey no te lleves todo el crédito – le dijo David, peleando otra vez, ellos eran muy graciosos, siempre peleaban como dos hermanos, siempre me alegraban la vida.

- Gracias – dije en verdad y les sonreí, enserio estaba contenta de irme, pero estos chicos me habían hecho sentir como que no estoy sola en este lugar y eran tan cálidos, eran un hogar para mí, los iba a extrañar un montón. – enserio los voy a extrañar y los abracé.

- Ya Abigail, vete, que este lugar se va a inundar – bromeó Justin – Adiós Abigail – luego de decir esto se fueron, tomé mis cosas estaba decidida, tenía que irme ya o se haría tarde, nadie debía sospechar que no estuve allí muchas semanas, les habían borrado a todos la mente y se supone que tendría que estar en mi casa a las 7:30 p.m, ya que les habían creado nuevos recuerdos del tiempo en el que no había estado allí, se supone que yo estaba en la biblioteca y debía volver a esa hora a casa. Ya eran las 5:20 p.m pero tenía que apresurarme. Corrí hacia la entrada y abrí las rejas, hace tiempo que no había estado allí, recordaba cómo había llegado aquí, suspiré con nostalgia.

- Hey, niña bonita, te olvidaste de mí – volteé y allí estaba él, tan perfecto como siempre, cómo me olvidaría de él, simplemente era imposible hacerlo, estaba sentado en la columna de piedra, mirando hacia fuera de las rejas, me sonrió y se bajó. Yo también le correspondí a la sonrisa.

- Te amo Daniel – le dije mirándolo a los ojos y a la vez poniéndome roja.

- ¿Es posible que alguna vez cambies? – me dijo con ternura, acariciando mi rostro- … porque no quiero que lo hagas, eres perfecta para mí – dicho esto sonrió ampliamente. – Eres lo mejor que me pasó en la vida- entonces me abrazó.

- ¿Daniel todo será diferente ahora? – le pregunté atemorizada, no quería separarlo de mi lado, no sé qué haría sin él, era mi todo, si no estaba él, simplemente no podría vivir.

- No, siempre estaré a tu lado y te protegeré, nunca dudes de eso, aunque pase lo peor, aunque tú te distancies de mí, nunca dejaré de cuidarte, no creas mentiras que digan que no te amo, aunque yo te lo diga, siempre, escucha, siempre, estaré para cuidarte, te amo, Abigail – dijo y con eso me bastó, fuimos acortando la distancia y él me besó tiernamente, con mucha delicadeza, cómo él lo sabía hacer, ese beso me transmitía tanto, todas las emociones, todo lo que habíamos callado hasta ese momento se reflejaba en ese beso, lo amaba y nada lo iba a cambiar, ahora me sentía plena, protegida a su lado, nuestra felicidad era absoluta, uno al costado del otro.

POV DIANA DOWEL

- Esto va ha cambiar niñita, no creas que tu mundo va a ser feliz por siempre – sonreía, sabía lo que podía hacer sabía cuál era el plan, todo estaba perfectamente controlado, ella me las pagaría todas, ahora recibiría lo que se merecía, como que yo me llamo Diana Dowel … sonreí ante lo que le pasaría, siempre se hacía lo que yo quería….

- Diana no lo hagas, ella no lo merece – abogó Caroline, pero de nada serviría su tiempo estaba contado.

- Cállate, o estás del lado de ella, porque ya sabes todo lo que te pasará si te juntas con ella, ni te atrevas a abandonarme… - la amenacé. Entonces lo llamé – Aló si soy yo, la señorita Dowel, bueno Simón haz lo que tengas que hacer ya sabes su paradero, pero no entres a su casa o habrá problemas… - colgué el teléfono, por fin todo iba a volver como antes, ella por fin desaparecería del mapa, Daniel será mío… sonreí otra vez todo me estaba saliendo de lo mejor…


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