Falsa identidad...
Desperté, pero estaba sola en el parque… miré mi reloj y me di con la sorpresa que eran las 10:00 p.m. ¡Qué rápido se había pasado el tiempo! , lo más probable es que el chico que había conocido era sólo un sueño, un hermoso sueño. Pero luego me di cuenta de que tenía una casaca cubriéndome, y tenía su aroma, su dulce aroma, era la de él, no sabía, pero probablemente nunca lo vuelva a ver, ese pensamiento me puso triste…
Regresé a mi casa y me di cuenta de que el camino de regreso era mucho más largo que cuando venía, seguro habrá sido porque estuve muy distraída, así que corrí ya que si mi madre se daba cuenta de que aún no había llegado probablemente me encerraría en mi cuarto y nunca más volvería a ver la luz, llegué a mi casa y miré directamente el reloj que había en la entrada y no podía ser ¡eran las 11 p.m.!, entré silenciosamente y subí de puntitas para que hiciera el menor ruido posible, giré la manija de mi cuarto y abrí la puerta suavemente para que no hiciera ruido al entrar, llegué a mi cuarto me duché, me puse mi pijama y me metí a mi cama tan sólo basto unos pocos minutos para quedarme profundamente dormida.
La luz penetró en mi ventana me desperté para cerrar la cortina, al levantarme me miré al espejo y mi cara estaba radiante muy feliz, guau ese chico si había dejado buenos efectos en mi pero lamentablemente no sé si lo volvería a verlo así que me puse un poco triste, pero decidí no pensar en eso y entré a bañarme y lavarme el cabello, luego de mas o menos media hora de estar relajada salí, me peiné y elegí mi ropa. Bajé las escaleras y aún eran las 6:30 a. m, pero como era viernes mamá estaba despierta y se iba a ir a su primer día de trabajo.
- Buenos días mamá – dije alegre.
- ¿Por qué tanta felicidad? – preguntó mi madre con curiosidad.
- No, por nada- contesté tratando de sonar despreocupada, no le podía de “mamá ayer conocí a un chico muy dulce en el parque y me quedé dormida, desperté a las 10 p. m y regresé corriendo y llegué aquí a las 11 p. m”, ya me imaginaba la cara que pondría mi mamá si le decía eso, le daría un infarto.
Subí a mi cuarto a ordenar mi cama y poner en su sitio la ropa que había dejado tirada ayer, luego de todo esto bajé a tomar desayuno. Justo en ese momento mi hermano bajaba pero como todas las veces aún estaba sonámbulo.
- Abigail, ¿qué hora es? – preguntó soñoliento. Miré mi reloj que tenía de pulsera.
- Son las 7:30 a. m – respondí casi al instante.
- ¿Qué? – gritó mi hermano.
- Sí, son las 7:30, ¿por qué? – pregunté curiosa.
- Por nada – respondió el aludido. El rostro de mi hermano se había tornado muy gracioso. – dile a mamá que voy a seguir durmiendo, terminando decir esto se volvió a su cuarto.
Terminando de desayunar subí las escaleras para ir a mi habitación y me di cuenta que mi celular había caído debajo de mi cama, me arrodillé y extendí mi mano por debajo de la cama a buscar mi celular, entonces sentí que habían unos papeles entonces los tomé y comencé a leerlos, el primero era un sobre el cual contenía una tarjeta, esas de las que se ponían para entrar a un lugar y poner su clave, el segundo era un mapa que guiaba a un lugar de la casa, porque reconocía que señalaba un lugar que estaba cerca de la casa, y el tercero era una nota, esta decía:
“Hija, si encuentras esto es porque me ha pasado algo malo. Sigue el mapa, encontrarás un lugar que solo tú debes saber, tiene que ver contigo, es tu gran secreto, tu identidad.”
Me quedé paralizada, simplemente no podía creer lo que leía, era algo que no sabía, algo extraño. Muchas preguntas rondaban por mi mente ¿qué era lo que nadie debía saber?, si nadie lo debía saber ¿por qué lo sabía yo?, y ¿qué tenía que ver conmigo? Tenía que encontrar las respuestas de las preguntas que había formulado recientemente y todas se centraban en una pregunta ¿quién era yo?, todo era muy extraño, talvéz todo me daría pistas sobre quien era y la respuestas a la muerte de mi padre, presentía que todo lo que sabía sobre mi padre cambiaría rotundamente. Tratando de aclarar las cosas me quedé pensando y entonces llegué a una conclusión buscaría respuestas…. No sabía que con tan solo esa conclusión mi vida cambiaría y ya no volvería a ser la misma.
Regresé a mi casa y me di cuenta de que el camino de regreso era mucho más largo que cuando venía, seguro habrá sido porque estuve muy distraída, así que corrí ya que si mi madre se daba cuenta de que aún no había llegado probablemente me encerraría en mi cuarto y nunca más volvería a ver la luz, llegué a mi casa y miré directamente el reloj que había en la entrada y no podía ser ¡eran las 11 p.m.!, entré silenciosamente y subí de puntitas para que hiciera el menor ruido posible, giré la manija de mi cuarto y abrí la puerta suavemente para que no hiciera ruido al entrar, llegué a mi cuarto me duché, me puse mi pijama y me metí a mi cama tan sólo basto unos pocos minutos para quedarme profundamente dormida.
La luz penetró en mi ventana me desperté para cerrar la cortina, al levantarme me miré al espejo y mi cara estaba radiante muy feliz, guau ese chico si había dejado buenos efectos en mi pero lamentablemente no sé si lo volvería a verlo así que me puse un poco triste, pero decidí no pensar en eso y entré a bañarme y lavarme el cabello, luego de mas o menos media hora de estar relajada salí, me peiné y elegí mi ropa. Bajé las escaleras y aún eran las 6:30 a. m, pero como era viernes mamá estaba despierta y se iba a ir a su primer día de trabajo.
- Buenos días mamá – dije alegre.
- ¿Por qué tanta felicidad? – preguntó mi madre con curiosidad.
- No, por nada- contesté tratando de sonar despreocupada, no le podía de “mamá ayer conocí a un chico muy dulce en el parque y me quedé dormida, desperté a las 10 p. m y regresé corriendo y llegué aquí a las 11 p. m”, ya me imaginaba la cara que pondría mi mamá si le decía eso, le daría un infarto.
Subí a mi cuarto a ordenar mi cama y poner en su sitio la ropa que había dejado tirada ayer, luego de todo esto bajé a tomar desayuno. Justo en ese momento mi hermano bajaba pero como todas las veces aún estaba sonámbulo.
- Abigail, ¿qué hora es? – preguntó soñoliento. Miré mi reloj que tenía de pulsera.
- Son las 7:30 a. m – respondí casi al instante.
- ¿Qué? – gritó mi hermano.
- Sí, son las 7:30, ¿por qué? – pregunté curiosa.
- Por nada – respondió el aludido. El rostro de mi hermano se había tornado muy gracioso. – dile a mamá que voy a seguir durmiendo, terminando decir esto se volvió a su cuarto.
Terminando de desayunar subí las escaleras para ir a mi habitación y me di cuenta que mi celular había caído debajo de mi cama, me arrodillé y extendí mi mano por debajo de la cama a buscar mi celular, entonces sentí que habían unos papeles entonces los tomé y comencé a leerlos, el primero era un sobre el cual contenía una tarjeta, esas de las que se ponían para entrar a un lugar y poner su clave, el segundo era un mapa que guiaba a un lugar de la casa, porque reconocía que señalaba un lugar que estaba cerca de la casa, y el tercero era una nota, esta decía:
“Hija, si encuentras esto es porque me ha pasado algo malo. Sigue el mapa, encontrarás un lugar que solo tú debes saber, tiene que ver contigo, es tu gran secreto, tu identidad.”
Me quedé paralizada, simplemente no podía creer lo que leía, era algo que no sabía, algo extraño. Muchas preguntas rondaban por mi mente ¿qué era lo que nadie debía saber?, si nadie lo debía saber ¿por qué lo sabía yo?, y ¿qué tenía que ver conmigo? Tenía que encontrar las respuestas de las preguntas que había formulado recientemente y todas se centraban en una pregunta ¿quién era yo?, todo era muy extraño, talvéz todo me daría pistas sobre quien era y la respuestas a la muerte de mi padre, presentía que todo lo que sabía sobre mi padre cambiaría rotundamente. Tratando de aclarar las cosas me quedé pensando y entonces llegué a una conclusión buscaría respuestas…. No sabía que con tan solo esa conclusión mi vida cambiaría y ya no volvería a ser la misma.
Comentarios
esta muy lindo tu blog
pero deves publicar mas de seguido
ya te sigo!!
feliz año nuevo!!